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Liè Zĭ 列子

Lo Que No Ha Nacido Es El Origen De Todas Las Cosas.

Liè zĭ列子era una persona humilde y sincera. Sus pensamientos y sus acciones nos  dicen que era extraordinariamente ordinario.  Era modesto y nunca exhibió su conocimiento. Vivía una vida simple y tranquila y no competía con los demás en pos de reconocimiento. Por ello, aunque había vivido en el reino de Cheng Durante 40 años,  las personas que tenían posiciones de poder lo veían sólo como un ciudadano ordinario. A lo largo de su vida Liè zĭ nunca se dio conocer.

Sin descargas ni problemas que van unidos a la fama y la fortuna. Liè zĭ pudo vivir con calma, ser libre de hacer lo que le gustaba que ir adonde quería. Para Liè zĭ, ser un ciudadano desconocido era mejor que ser una persona de poder y responsabilidad. En una época en la que los políticos se dedicaban a las intrigas, Liè zĭ pensaba que era mejor permanecer en silencio y ser fiel así mismo.

Por supuesto, hay ciertas cosas que incluso un sabio sensato no puede evadir.   Pero,  no están dotado a la costumbre ni a la convención social, Liè zĭ era capaz de afrontar la adversidad mucho mejor que nadie.  Un año, se desencadenó una hambruna en el reino de Cheng, y Liè zĭ decide trasladarse el reino de Wei, para ver si podía ganarse la vida allí. Además,  pienso que esto le daría la oportunidad de viajar a un país desconocido y ampliar su aprendizaje. 

 

Mientras que Liè zĭ estaba preparándose para partir, acudió a él un grupo de discípulos. Estaban preocupados de que su maestro los dejase por mucho tiempo.  Sabían que Liè zĭ no seguiría ninguna rutina Y, sí así apetecía podría errar durante meses o años antes de regresar.  Por ello,  querían que su maestro les transmitiese algunas palabras de sabiduría antes de partir.

Liè zĭ no era una persona de dar la charla superficial.  Después de que sus discípulos le rogaran insistentemente que les dedicase mediodía, pronunció finalmente las siguientes palabras:

Pensar sobre eso.  El viejo cielo nunca dice nada,  pero podemos ver que todo tiene su lugar en el universo.  La naturaleza tiene mucho que enseñarnos. 

 

Todo lo que tienen que hacer es abrir los ojos y mirar. Los cambios que  existen en la naturaleza siguen un curso determinado. Las cuatro estaciones se manifiestan de una forma regular. En verdad, todos los asuntos humanos siguen los mismos principios que las obras del cielo y de la tierra. ¿Qué más podría decir?

Sus discípulos no quedaron satisfechos y continuaron acosándolo con preguntas.  Uno de ellos le preguntó: Maestro,  aunque pienses que no tienes nada que decirnos, al menos podrías contarnos qué es lo que te enseñó tu Maestro Hu Zĭ. Liè zĭ permaneció silencioso unos instantes,  Y después dijo sonriendo:  en realidad,  mi maestro Hu Zĭ no dijo mucho.  Nos aconsejo que todas las cosas siguieran su curso natural.  Sin embargo,  he recordado algunas cosas que mencionó a mis compañeros.  Las compartir ahora con  ustedes.

He aquí lo que el maestro Hu Zĭ enseñó:

Existen muchas cosas en el universo que no entendemos.  Por ejemplo,  algunas plantas algunos animales necesitan ayuda de los demás para crecer y sobrevivir,  mientras que otros no la necesitan. Los seres humanos necesitan de las plantas y de los animales para su alimentación.  Nosotros necesitamos que una parte de la comunidad cultive el campo y cuide el ganado para mantenernos al resto.

 

Por otra parte, los cactos pueden crecer en las condiciones más adversas Y no necesitan demasiadas cosas para sobrevivir.  En general,  a quienes no dependen del entorno externo le será más fácil sobrevivir que aquellos que dependen.  No morirán cuando el entorno que lo sustenta desaparece.

Sin embargo,  nos debemos mirar por encima del hombro a quienes dependen de los demás para sobrevivir.  Debemos dejarlos continuar su camino natural,  ya que su forma de vida ocupa su lugar en el mantenimiento del equilibrio del universo. Si intentáramos cambiar su forma de vida,  desestabilizaríamos el equilibrio de las cosas Y el orden del universo quedaría perturbado.

Todas las cosas tienen un lugar en el universo,  tanto si son activas como pasivas, si se mueven como si no. Cumplen su función en el mundo simplemente siendo lo que son. Todas las cosas desempeñar su función en el proceso de crear,   nutrir, transformar y destruir. La creación  de una cosa supone la destrucción de otra,  y la destrucción de una cosa supone la creación de otra. Es de esta forma como prosigue la vida del universo. En todo momento existe nacimiento y muerte,  llegada y partida. Este proceso nunca se detiene.

En el libro del emperador amarillo dice:  el espíritu del valle que no muere es lo femenino misterioso.  Constituye el fundamento del cielo y de la tierra. Continúa eternamente y no puede ser desgastado. Como el Valle es profundo, puede contener el espíritu,  puede abrazarlo y nutrirlo.  Como le vaya esta vacío,  no está sujeto al nacimiento y a la muerte. Trascender el nacimiento y la muerte es entrar en lo ilimitado Wú Jí 无极 y ser uno con el origen del cielo y de la tierra.

 

La puerta de lo femenino misterioso se halla donde todas las cosas son creadas. Sin embargo,  se dice que el cielo y la tierra han nacido de lo no nacido. Esto es lo que sí quiere decir cuando se afirma que – lo que no han nacido es el origen de todas las cosas-, puesto que lo femenino misterioso es lo que no ha nacido.  Su origen pertenece al reino de  la no diferenciación, en el que no hay nacimiento ni muerte. Como nunca ha nacido, nunca muere. Como nunca muere, su energía perdura eternamente. Está en el cielo y en la tierra, pero si la tierra no lo conoce. Está en todas las cosas, pero estas cosas no lo conocen.

Si entendemos que el nacimiento y la muerte forman parte del orden natural de las cosas,  sabemos que nuestra vida no puede ser controlada por nuestros propios esfuerzos y que el llegar y  el partir no son obra nuestra. A nacer,  tomamos una  configuración de una forma ; el  crecer,  experimentamos el desarrollo y el cambio;  Y cuando el curso de nuestra vida se ha agotado, nos disolvemos y volvemos a donde estábamos antes de nacer.

Si conocemos el orden de las cosas, entenderemos que cuando la inteligencia y la sabiduría han alcanzado su cenit, empiezan a marchitarse y a decaer. El auge y el desbordamiento de las formas,  los colores, los pensamientos y los sentimientos no están sujetos a control. Como no sabemos cómo llegan y adonde van, sólo podemos decir que todo lo que ha nacido procede de lo no nacido.

Wú Jí 无极

QÌ GONG MÉXICO

Dào 道

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